domingo, 4 de septiembre de 2011

Dungeon Siege III: An Epic of Epic Failness

Aloha Chinos Cudeiros, he tenido ocasión de jugar a la tercera parte de la popular saga de RPGs Dungeon Siege y la experiencia ha sido totalmente decepcionante. Esta entrega ha sido encargada a la compañía Obsidian y, siguiendo la detestable moda instaurada en la industria de los videojuegos, el rol ha dado paso al machaqueo de botones sin fuste. El afán por adaptar géneros como el rol o las aventuras gráficas a los limitados controles de las consolas está dando como resultado unos videojuegos realmente pobres y las empresas parecen no darse cuenta de que hay géneros que, por su complejidad, son imposibles de adaptar a una plataforma tan limitada como son las videoconsolas.

Centrándonos ya en Dungeon Siege III cabe señalar que la gente de Obsidian ha tenido a bien hilar argumentalmente esta tercera entrega de la franquicia con las dos anteriores (principalmente con la primera) de forma que la acción nos sitúa algunos siglos después del final de la primera parte, en un momento en el que la 10ª Legión está prácticamente extinta como resultado de una guerra civil en el Reino de Ehb. La trama se centra en la etapa final de esta contienda y los intentos de los últimos descendientes de la Legión. Y a continuación primer Epic Fail del juego, no tendremos opción a crear nuestro propio personaje sino que se nos dará a elegir entre cuatro personajes predeterminados, un guerrero, un mago, una lancera que controla el fuego y una tiradora. Dos de ellos son descendientes del protagonista que manejamos en la primera parte de la saga, otro es descendiente del mago Merik y la chica del fuego es una arcana. Deberemos escoger entre uno de estos cuatro personajes, cada uno con distintas habilidades y equipamiento.
El segundo Epic Fail del juego nos lo encontramos en la cámara. Se trata de una especie de vista cenital muy propia de los juegos de plataforma de consola pero bastante disfuncional para un RPG. Sin embargo, a todo se acostumbra uno y, dado que el juego es básicamente un mata-mata continuo, termina siendo un detalle menor. El tercer Epic Fail implementado por Obsidian ha sido la eliminación del clásico mapa que suele acompañar a los juegos de rol y su sustitución por una tecla que, al ser pulsada, hace aparecer una línea que nos guía directamente al objetivo de nuestra misión activa. Esto, que no es otra cosa que un guía-burros, ya deja patente la linealidad total de la que adolece el juego, eliminando cualquier posibilidad de exploración libre.

El cuarto Epic Fail y el que a mi personalmente es uno de los que más me jode es la utilización del detestable recurso de los puntos de guardado. Algo que yo creía que a estas alturas de la película estaba ya superado, pero veo que no. A todos estos detalles hay que unirle una simplificación del género como ya ocurriese en otros títulos recientes como Dragon Age II que me hacen pensar que las empresas están más interesadas en crear juegos absolutamente simplistas para que los pueda jugar hasta el más tonto del barrio que en crear videojuegos de calidad. Por si fuera poco, Dungeon Siege III es alarmantemente corto, no sabría dar una cifra de horas de juego pero lo que sí puedo asegurar es que tiene una duración que, siendo generosos, es la cuarta parte de la duración que tenían las entregas anteriores de la franquicia.

En resumidas cuentas, juego totalmente prescindible que será poco menos que un parche para las tardes de verano de los amantes de los RPGs y que no vale el dineral que piden por él en la mayoría de tiendas.



Trailer:

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